29 de septiembre de 2023
Por Felipe Foncea
Esta semana Curacautín se vistió de gala para asistir al estreno de la obra de teatro Relatos de mujer, amor, locura y muerte, llevada a las tablas por la agrupación Mujer, Arte y Locura. La actividad se desarrolló en la sala de espectáculos de la Casa de la Cultura de nuestra comuna, la que vio un lleno total poco común en nuestra ciudad.
Como dijo su director, Christopher Villalobos, antes de empezar, el objetivo del teatro no es sólo entretener, también es hacer reflexionar, abrir conversaciones y provocar. Eso es precisamente lo que consiguió esta creación colectiva en la que participaron activamente sus protagonistas.
Hablamos de Danielle Michellod, Andrea Campusano, Loreto Gaete, Paola Lara, Michele Doussoulin, Eliana San Martín, Dhara Bettancourt, Marisela Ramos y Romina Cuevas, nueve mujeres que dieron vida a nueve cuadros independientes, pero conectados por el puente que representa la experiencia femenina, una experiencia común que da pie a una conciencia colectiva en la que habitan los mismos dolores, las mismas risas y esperanzas.
Hubo espacio para reír, para pensar e incluso para que alguna lágrima se asomara en los ojos de las más de 100 personas que supieron agradecer el compromiso del elenco.
“Me acerqué a este grupo a través de la invitación de una de sus integrantes”, nos cuenta Christopher, destacado profesor, actor y gestor cultural local. En cuanto a la obra, su director destaca que “fue una creación colectiva, las mismas mujeres redactaron la composición de los relatos”. La labor de Christopher consistió en llevar esos relatos al escenario, transformando una serie de historias sinceras y profundas en una obra que sacaría aplausos, no solo al finalizar, sino que después de cada uno de los actos. “La intención de esta agrupación es contribuir al patrimonio artístico y cultural de Curacautín, creo que este tipo de gestos son la clave para aportar al desarrollo humano de nuestro territorio”, concluye.
Revista Las Raíces tuvo también la oportunidad de conversar con dos de las mujeres que protagonizaron este bello proyecto.
La primera de ellas es Loreto Gaete, destacada vecina de nuestra comuna quien se atrevió a ser actriz, una actividad que se suma a las tantas que realiza día a día. Loreto nos cuenta más sobre el origen de Mujer, Arte y Locura: “La agrupación nace a partir de un taller de teatro el año 2022. La idea era hacer una taller de un par de meses con la dirección de Luis Abarca”, sin embargo, la historia no terminó ahí. “Nos quedó gustando tanto la experiencia que decidimos seguir con la idea de hacer teatro y nos independizamos, este año empezamos a trabajar con Christopher en esta idea, una obra que está hecha con el corazón, con el alma, con los sentimientos y con la experiencia, haciéndese eco de historias que ahora tuvieron la posibilidad de cobrar vida”.
Otra de las integrantes de Mujer, Arte y Locura es Andrea Campusano. Andrea ha dedicado parte importante de su vida para que otros experimenten el arte y la cultura, en ese intento cofundó la reconocida Escuela de Talentos Andacollinos, la que, con mucho trabajo y esfuerzo, se ha convertido en una de las entidades culturales más importantes de la región de Coquimbo.
Pero entre tanto trabajo Andrea no se había dado el tiempo para ser ella la que disfrutara de lo que brindaba a otros: “No había encontrado el espacio para cumplir mi sueño”, nos dice, “por eso cuando me invitaron al taller me encantó la idea, allí conocí mujeres fantásticas y mágicas”, relata con genuina emoción una mujer cuyo talento actoral no tiene nada que envidar al de una profesional.
En cuanto a los espectadores y su percepción del trabajo presentado, los aplausos hablaron por sí solos, profundizando un poco más, Manuel Velásquez, periodista y también actor aficionado comenta que la obra le gustó "porque expone problemáticas de una manera directa, a veces cruda, pero -a pesar de todo- cercana. Fue una super buena experiencia que funciona como un bálsamo y para saber que esas situaciones tan cotidianas, que en ocasiones resultan angustiantes, son compartidas por otras personas que están pasando por lo mismo y que han logrado salir adelante a pesar de todo."
En la misma línea Luis Esteban, otro de los espectadores, señala que “la obra refleja claramente diferentes escenarios de la vida, esa vida de mujeres sufridas, pero también resilientes. Si bien el humor estuvo presente, también la esencia crítica. Se valora mucho el trabajo de las entusiastas actrices, lo que representa una oportunidad de desarrollo, apoyo mutuo y amor entre mujeres”.
Relatos de mujeres, amor, locura y muerte, no sólo contó con la presencia de familiares, amigos y público en general, sino que también convocó a autoridades, entre las que destacan Hugo Monsalves, Consejero Regional de la provincia de Malleco, el SEREMI de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de la región de la Araucanía Eric Iturriaga y, en representación del municipio local, su alcalde, don Victor Barrera y los concejales Alex Jarpa, Bernardino Godoy y Patricio Abarzúa. Su presencia representa un potente símbolo que habla sobre la importancia que este tipo de expresiones tienen para el desarrollo integral de nuestra sociedad, no quedándonos más que esperar que este gesto siga reflejándose en hechos concretos que permitan reproducir este tipo de actividades.
Otra de las asistentes fue Daniela Quintana, encargada de cultura de la municipalidad de Curacautín, quien también nos entregó su reflexión sobre lo que vivimos esa noche. “Lo que se vio fue algo emocionante para todos los que vibramos con la cultura, en especial con las artes escénicas, en este caso, el teatro. Mujer, Arte y Locura, una agrupación de mujeres que comparten el amor por el teatro, han plasmado realidades cotidianas desde el drama y la comedia, logrando que el espectador pase por un carrusel de emociones y se sienta identificado con más de alguna de las temáticas ahí expuestas.
Asimismo, Daniela afirmó estar feliz de que “las autoridades tanto comunales como regionales demuestren su interés por la cultura, ya que siempre debiese ser una prioridad en el día a día de todo plan o programa apoyado de recursos, que siempre faltan en esta área. La cultura es algo colectivo, que debemos trabajar todas las entidades, públicas y privadas, agentes culturales, artistas, entre otros, con el fin de potenciar los talentos que existen en nuestra comuna y poder darles la vitrina que merecen”, concluyó.
Relatos de mujer, amor, locura y muerte, parte ahora a Andacollo, en la región de Coquimbo, donde se presentarán en el contexto de las pasantías organizadas por la Escuela de Talentos Andacollinos, y ya ha recibido invitaciones desde Gorbea, Ercilla y Lonquimay.
20 de diciembre de 2022
Por Revista Las Raíces
El pasado 13 de diciembre, en una ceremonia realizada en el Pabellón Araucanía de la ciudad de Temuco, se dio a conocer la lista de ganadores del concurso que, en esta versión, recibió casi 6.000 cuentos.
Los ganadores se separaron en la siguientes categorías:
Una de las características de este concurso es que logra convocar a una enorme diversidad de participantes, que van desde personas que se atreven a escribir un cuento por primera vez, hasta escritores que han hecho de la literatura su principal oficio.
Esto se debe, en primer lugar, al esfuerzo que la Fundación Plagio y los medios asociados han dedicado para que el concurso llegue a oídos de cientos de miles de personas, pero también a que 100 palabras es una modalidad atractiva para quienes tienen algo que decir, pero que no se han embarcado (aún) en desafíos más complejos.
Este año no fue la excepción y los ganadores conformaron un variado grupo, entre los que había profesionales, estudiantes, escritores, músicos y poetas que vieron en este desafío una oportunidad para hablar de la región que los acoge, de sus costumbres, historias y paisajes.
Uno de los objetivos tras el concurso es "democratizar" la visibilización de la creación literaria, y vaya que si lo logran, pues los aplausos llegaron por partes iguales a niños, aficionados y profesionales de la narrativa, todo, bajo el entendido de que la literatura no tiene que ver con los grandes nombres que colman las bibliotecas, sino con atreverse a transformar una idea en algo más.
Enlaces de interés:
Página oficial Araucanía en 100 Palabras
Primer Lugar categoría general
En la cocina, los niños se quejan del aroma espeso e intenso que invade la casa. La madre se limpia las manos en el delantal que hace años perdió los colores. «Les hace bien», responde, mientras abre las ventanas. A kilómetros, las aguas cubren con cortesía un manojo de cabellos tiesos y anaranjados que se depositan en la arena. Un hombre tira de ellos, para llevarlos junto a los demás peluquines, que amarrados emprenden el viaje sin regreso. En la plaza, una abuela cojea por los adoquines, con la sal en la cartera y el cilantro en el bolsillo.
Vanessa Torres Altamirano, 22 años
Temuco.
Ilustración: Chikawale
Premio al Talento Infantil
En el colegio Rafael Pombo, en la asignatura de Lenguaje, practicamos un juicio oral. Ahí conocí el Juzgado de Familia de Loncoche. Representamos un cuento, donde estaban los tres cerditos y el Lobo Feroz. El Lobo tenía un hijo que era testigo. El señor Lobo terminó en la cárcel porque fue culpable de querer comerse a los cerditos, pero lo más increíble fue que los tres cerditos tuvieron que cuidar al hijo del Lobo.
Edison Avello Aburto, 10 años
Loncoche.
Ilustración: Gozepema
Premio al Talento Joven
La comida de mi abuela era la comida más rica que había probado nunca. Vivía en el campo y tenía varias gallinas, pollos y pavos. El pavo, bien gordito y grande, siempre andaba con la pluma pará y se sentía el rey del gallinero. Me senté a la mesa y mi abuela me sirvió un plato de cazuela, olía rico. «Ese pavo desgraciao», dijo mi abuela. «Salió bien chúcaro», le dije, mirándola a la cara. El pavo era el rey del gallinero, pero mi abuela era la reina de la olla.
María Alarcón Epulef, 17 años
Cunco.
Ilustración: Chikawale
Premio al Talento Mayor
Se inscribió como voluntario para un estudio bromatológico de la Facultad de Medicina de la UFRO, con una dieta por treinta días a base de pescado. A la semana, sufrió irritación dérmica generalizada, mejorando al aparecer escamas. Superó mareos y ahogos, sumergiendo la cabeza en agua el mayor tiempo posible. Se sintió acosado por los gatos del vecindario. Ya con decidida identidad pisciforme se lanzó al Cautín: «Voy al encuentro de mi náyade», gritó. Le han visto retozar con su ninfa en bancos de arena. Como miembro de una iglesia cristiana, su lápida la encabeza el primitivo símbolo del pez.
Carlos Grandón Castro, 72 años
Victoria.
Ilustración: @nina_pudu
Premio al mejor relato en Mapudungún
Kiñe rupa, rangiantü, chi ruka mew kony, kiñe pütrokiñ, ñi ñuke ñeküftukuwy, ñi chaw ñeküftukuwy, inche, inche adkintufiñ, inche, inche adkintufiñ. ¡Akuy pütrokiñ! akuy may ta kiñe werken, akuy may. ¿Chuchi kürüf küpaleimeu? waiwen kürüf küpaleneu, ¡alkütunge pütrokiñ anay!, tüfachi Llaima mapu mew, petu müleiñ pukem mew. ¡Akuy pütrokiñ! akuy may ta kiñe werken, ¡akuy pütrokiñ!, akuy may ta kiñe werken, akuy may. ¡Akuy pütrokiñ! ¡akuy pütrokiñ! küpalkey pewü ñi piwke, küpalkey pewü ñi piwke. Kiñe rupa, rangiantü, chi ruka mew kony, kiñe pütrokiñ.
Una vez, al mediodía, en la casa entró un abejorro. Mi madre quedó en silencio, mi padre quedó en silencio. Yo, yo lo contemplé, yo, yo lo contemplé. ¡Llegó el abejorro! Sí, llegó un mensajero, ya llegó. ¿Cuál viento te trajo? El viento sin rumbo me ha traído ¡Escucha, abejorro!, en esta tierra del Llaima aún estamos en invierno. ¡Llegó el abejorro! Sí, llegó un mensajero, ¡llegó el abejorro! Sí, llegó un mensajero, ya llegó. ¡Llegó el abejorro! ¡llegó el abejorro! Trae la primavera a mi corazón, trae la primavera a mi corazón. Una vez, al mediodía, en la casa entró un abejorro.
Pamela Canales Carrillo, 38 años
Melipeuco.
Ilustración: Loredanne
Mención Honrosa
La casa la construimos en un bosque cerca de Curacautín. No queríamos talar los viejos árboles, por lo que sin prisa buscamos un claro. Poco después de empezar las obras, nos aconsejaron derribar un roble que crecía demasiado cerca. «Por seguridad», dijeron. «Por el viento», dijeron. Con pesar, escuchamos el consejo. Con su madera hicimos las vigas. En las noches de viento, el bosque cruje y las vigas también crujen. Nos dicen que el sonido es el de la madera secándose, pero nosotros sabemos que el bosque habla y el árbol, en su nueva forma, le responde.
Felipe Foncea , 42 años
Curacautín.
Ilustración: Geraldine Pirce
Mención Honrosa
En la rivera del Toltén, entre los dos puentes de Villarrica, aullaba la voz soberbia del puente nuevo, increpando al viejo por inútil y riéndose de su decrépita marchitez. «Contemplad mi diseño, mi porte y mi flamante arquitectura», gritaba engreído. El otro lo observó durante un largo momento, preparando su respuesta con la calma de setenta años. Mientras pensaba, retumbaron en su memoria estallidos de metralla y gritos de mártires arrojados al río desde sus otrora lozanos parapetos. Entonces, en su sabiduría, el anciano calló, llorando lágrimas que también se ahogaron en el nacimiento del Toltén.
Ricardo Sepúlveda Dillems, 47 años
Villarrica.
Ilustración: Werner Ruymann.
Mención Honrosa
Confieso que hoy me pesa el español. Me pesan sus comas, sus puntos, sus comillas y sus letras. Me cansa hablar este idioma. Me agota la o con su redondez, la c con su curva y más aún la b con sus protuberancias exageradas, al menos la i pesa menos y guarda una elegancia con ese sombrerito sonriente. Descanso en la ü que me mira tiernamente, en la ng que le hace cosquillitas a mi paladar y en la tx que hace exhalar un susurro suave. Letras verdes que nacen en la montaña y caen sutilmente en la cascada poderosa.
Alicia Collinao Lienlaf, 38 años
Temuco.
Ilustración: Javier Alejandro Neira.
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