Nosotros

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Revista Las Raíces es la respuesta a una ausencia y el reflejo de una aspiración; la ausencia de medios escritos que abarquen la realidad socio cultural de nuestra zona y la aspiración de transmitir ideas que vayan más allá de lo que normalmente se espera de proyectos desarrollados en este rincón del mundo.

Las Raíces será una ventana hacia la dinámica comunitaria de los pueblos y ciudades de la Araucanía Andina, pero también un espacio para la expresión de ideas y la elaboración de crónicas que den cuenta de los sucesos, lugares y personalidades que, juntos, dibujan el mapa de nuestras provincias.   

Revista Las Raíces toma el nombre del afamado túnel inaugurado en 1940, reconociéndolo como símbolo de la zona, pero también como una metáfora de aquello que une sectores de condiciones dispares. Lo conocido con lo desconocido, lo sencillo con lo complejo, lo observable con lo profundo. 

Y es que Las Raíces es también una apuesta, la de hablar sobre aquello que normalmente se calla por no cumplir con los estereotipos de los habitantes del sur, de quienes no suele esperarse mucho más que la reafirmación de viejas costumbres.  

Nuestra intención no es desconocer la importancia del territorio ni el legado de quienes nos precedieron, pero sí dejar en claro que la variedad de nuestras voces admite la posibilidad de escapar del constante influjo de lo local para entrar al ámbito de lo universal.   

Pero que no se malentienda, podremos hablar de escritores europeos o de eventos ocurridos en la antigua China, pero inevitablemente lo haremos desde un lugar rodeado de volcanes y atravesado por los ríos que bautizan nuestros pueblos, por lo que cada palabra que utilicemos dará cuenta de la imposibilidad de una separación definitiva con aquello que nos vio nacer.  

A lo anterior se sumará nuestra constante búsqueda de las historias que dan vida a nuestras comunidades, historias alejadas de la contingencia que merecen un espacio de narración certero y sin la demanda de urgencia que exige el tratamiento de las noticias más habituales.   

El quehacer cotidiano, sin embargo, tampoco puede estar ausente, pero nuestros esfuerzos se centrarán en buscarlo entre las comunidades, indagando sus necesidades y difundiendo las actividades que estas desarrollen, así como aquellas destinadas a colaborar en su empoderamiento, autocuidado y formación general.   

Todo lo anterior no puede sino conversar con la labor educativa, es por esto que nuestra revista tendrá presente el rol que todo medio de comunicación juega en la formación de la población, lo haremos fomentando actividades e interacciones que potencien el encuentro entre quienes tienen algo que entregar y quienes estén dispuestos a recibirlo, al tiempo que abriremos nuestras páginas a niños y jóvenes que busquen un espacio de expresión.