Un interesante articulo sobre el problema que representa usar las pantallas como calmantes para niños y posibles alternativas.
Detalles sobre la misión DART cuyo objetivo es evitar que, en el futuro, un asteroide potencialmente peligroso golee nuestro planeta.
Finalmente y luego de diversos estudios, podemos tener una respuesta a esta pregunta.
Un estudio confirma que los perros lloran en situaciones con carga emocional, pero solo si la situación es alegre.
Científicos han encontrado una nueva especie del tradicional rayadito en el extremo sur de Chile.
Recientes estudios refuerzan la idea de que una enorme colisión entre un objeto estelar y la Tierra dio origen a la Luna.
Confirman la relación entre la falta de sueño en los niños y problemas en su desarrollo cognitivo durante la pre-adolescencia.
La importancia de un nuevo récord en la distancia de transmisión de información cuántica entre dos átomos.
Lo que se sabe del fraude en la investigación de la que derivan gran parte de los conocimientos actuales sobre el tratamiento del Alzheimer.
Un desafío a las percepciones sobre el rol de los adultos mayores en la evolución de nuestra especie.
La relevancia del nuevo y poderoso telescopio espacial James Webb
El alerce chileno que podría reclamar el título del árbol más viejo sobre la Tierra.
28 de noviembre de 2022
Por Revista Las Raíces
Un nuevo estudio realizado por entomólogos de la Universidad de Maryland muestra que la esperanza de vida de las abejas mantenidas en un ambiente de laboratorio controlado es un 50% más corta que en la década de 1970.
La rotación de colonias es un factor aceptado en el negocio de la apicultura, ya que las colonias de abejas envejecen y mueren naturalmente. Pero durante la última década, los apicultores de Estados Unidos informaron altas tasas de pérdidas, lo que significó tener que reemplazar más colonias para mantener las operaciones viables.
En un esfuerzo por comprender por qué, los investigadores se han centrado en los factores ambientales estresantes, las enfermedades, los parásitos, la exposición a pesticidas y la nutrición.
Este estudio, sin embargo, es el primero que muestra una disminución general en la esperanza de vida de las abejas dejando de lado los factores ambientales, sugiriéndose que la genética puede estar influyendo en las tendencias observadas en la industria de la apicultura. El estudio se publicó el 14 de noviembre de 2022 en la revista Scientific Reports.
Los investigadores notaron por primera vez la disminución de la esperanza de vida de las abejas mientras realizaban un estudio sobre protocolos para criar abejas adultas en el laboratorio. Al replicar estudios anteriores, los investigadores recolectaron pupas de abejas cuando estas estaban dentro de las 24 horas de emerger de las celdas de cera en las que se criaron. Las abejas recolectadas terminaron de crecer en una incubadora y luego se mantuvieron como adultas en jaulas especiales.
Los investigadores estudiaban el efecto de complementar la dieta de agua azucarada de las abejas enjauladas con agua corriente para imitar mejor las condiciones naturales cuando notaron que, independientemente de la dieta, la vida media de sus abejas enjauladas era la mitad de la de las abejas enjauladas en experimentos similares en la década de 1970 . (17,7 días hoy frente a 34,3 días en la década de 1970). Esto provocó una revisión más profunda de los estudios de laboratorio publicados en los últimos 50 años.
Aunque el entorno de un laboratorio es muy diferente al de una colonia, los registros históricos de abejas mantenidas en laboratorio sugieren una esperanza de vida similar a la de las abejas de colonia, y los científicos generalmente suponen que los factores aislados que reducen la esperanza de vida en un entorno también la reducirán en el otro.
Los investigadores pensaron entonces que las abejas mantenidas en el laboratorio podrían estar experimentando algún tipo de contaminación viral de bajo nivel o exposición a pesticidas durante su etapa larvaria, cuando están incubando en la colmena y las abejas obreras las están alimentando. Pero las abejas no han mostrado síntomas evidentes de esas exposiciones, al tiempo que se ha demostrado un componente genético de la longevidad en otros insectos como las moscas de la fruta.
Los próximos pasos para los investigadores serán comparar las tendencias en la vida útil de las abejas melíferas en los EE. UU. y en otros países. Si encuentran diferencias en la longevidad, pueden aislar y comparar posibles factores contribuyentes, como la genética, el uso de pesticidas y la presencia de virus en las poblaciones de abejas locales
Fuente: Universidad de Maryland
28 de septiembre de 2022
Por Revista las Raíces
El lunes recién pasado y después de 10 meses de vuelo en el espacio, la prueba de redirección de doble asteroide de la NASA (DART por sus siglas en inglés), la primera demostración de tecnología de defensa planetaria del mundo, impactó con éxito su objetivo, en el primer intento de la agencia de mover un asteroide en el espacio.
Como parte de la estrategia general de defensa planetaria de la NASA, el impacto de DART con el asteroide Dimorphos demuestra una técnica de mitigación viable para proteger el planeta de un asteroide o cometa que se dirija a la Tierra.
En esencia, DART representa un éxito sin precedentes para la defensa planetaria, pero también es una misión de unidad con un beneficio real para toda la humanidad, dijo el administrador de la NASA, Bill Nelson. A medida de que la NASA estudia el cosmos y nuestro planeta de origen, también estamos trabajando para proteger ese hogar, y esta colaboración internacional convirtió la ciencia ficción en un hecho científico, demostrando una forma viable para proteger la Tierra".
El objetivo de DART era Dimorphos, un pequeño cuerpo de unos 160 metros de diámetro que orbita alrededor de un asteroide más grande de 780 metros de diámetro llamado Didymos. Ninguno de los asteroides representa una amenaza real para la Tierra.
La misión confirmó que la NASA es capaz de enviar con éxito una nave espacial para colisionar intencionalmente con un asteroide con el fin de desviarlo, una técnica conocida como impacto cinético.
El equipo de investigación ahora observará Dimorphos utilizando telescopios terrestres para confirmar que el impacto de DART alteró la órbita del asteroide alrededor de Didymos. Los investigadores esperan que el impacto acorte la órbita de Dimorphos en aproximadamente un 1%,; medir con precisión cuánto se desvió el asteroide es uno de los propósitos principales de la prueba a gran escala.
La Defensa Planetaria es un esfuerzo unificador global que afecta a todos los que viven en la Tierra, dijo Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la Dirección de Misión Científica en la sede de la NASA en Washington. Ahora sabemos que podemos apuntar una nave espacial con la precisión necesaria para impactar incluso un cuerpo pequeño en el espacio. Solo un pequeño cambio en su velocidad es todo lo que necesitamos para marcar una diferencia significativa en la trayectoria de un asteroide".
Esto es importante porque, a diferencia de lo que se ha visto en algunas películas de ciencia ficción, la idea no era hacer explotar el asteroide, ni tampoco desviar su trayectoria dramáticamente, sino simplemente darle un “empujoncito”, lo que debería ser suficiente para que, luego de los cientos de miles de kilómetros que debe recorrer hasta llegar a la Tierra, ese pequeño cambio de trayectoria sea lo suficiente para que deje de ser un riesgo.
El único instrumento de la nave espacial, una cámara de reconocimiento y navegación óptica junto con un sofisticado sistema de guía, navegación y control, permitieron a DART identificar y distinguir entre los dos asteroides, apuntando al cuerpo más pequeño.
Estos sistemas guiaron la nave espacial con la forma de una caja de 570 kilos a través de las últimas 90,000 kilómetros del espacio hacia Dimorphos, chocando intencionalmente contra él a aproximadamente 22,530 kilómetros por hora con el fin de reducir ligeramente la velocidad orbital del asteroide. Las imágenes obtenidas por la nave espacial segundos antes del impacto, revelaron la superficie de Dimorphos en primer plano.
Quince días antes del impacto, el compañero de DART, llamado LICIACube y que viajó a su lado se separó de la nave espacial para capturar imágenes del impacto de DART y de la nube de materia producida por este. Esas imágenes, junto con las del propio DART, pretenden proporcionar una vista de los efectos de la colisión para ayudar a los investigadores a caracterizar mejor la efectividad del impacto cinético para desviar un asteroide. Debido a que LICIACube no lleva una antena grande, las imágenes se enviarán a la Tierra una por una en las próximas semanas.
El éxito de DART proporciona una adición significativa a la caja de herramientas esenciales que debemos tener para proteger la Tierra del impacto devastador de un asteroide, dijo Lindley Johnson, Oficial de Defensa Planetaria de la NASA. Esto demuestra que ya no somos impotentes para prevenir este tipo de desastres naturales.
Aproximadamente dentro de cuatro años, el proyecto Hera de la Agencia Espacial Europea realizará estudios detallados tanto de Dimorphos como de Didymos, con un enfoque particular en el cráter dejado por la colisión de DART y una medición precisa de la masa de Dimorphos.
Video e Imágenes de los últimos momentos de DART
Fuente: NASA
Dimorphos capturada por los instrumentos de DART poco antes del impacto (NASA).
21 de septiembre de 2022
Por Revista las Raíces
La próxima vez que un niño curioso le pregunte cuántas hormigas hay en la Tierra, quizás pueda responderle con un número específico, y es que investigadores en Alemania han buscado en la literatura científica para encontrar una respuesta a esa pregunta.
Los científicos, de la Universidad Julius Maximilians (JMU), relatan que comenzaron el estudio porque no había una estimación confiable de la cantidad total de hormigas en el planeta, o qué tan comunes eran en diferentes hábitats, por lo que el equipo asumió la trascendental tarea de contar ellos mismos a estos pequeños y laboriosos insectos.
Por supuesto, no se trataba solo de llevar una calculadora a cada hormiguero del planeta, ni hacer un censo de las más de 20 mil especies de estos insectos que hay en el mundo. En cambio, los científicos consultaron 489 estudios que discutían el tema, cubriendo todos los continentes y hábitats, y a partir de esos datos calcularon lo que dicen es una estimación empírica conservadora.
Según el equipo, en este momento hay casi 20 cuatrillones de hormigas en la Tierra. Esto es un 20 seguido de 15 ceros, un número tan grande que resulta difícil de entender. Pongámoslo de esta manera: hay 2.000 veces más hormigas en la Tierra que estrellas en nuestra galaxia.
El equipo fue un paso más allá y estimó cuánto pesarían todas estas hormigas juntas: alrededor de 12 millones de toneladas. Eso es más que la masa total de todas las aves y mamíferos silvestres combinados (excepto nosotros, los humanos) o, si lo prefiere, algo así como 3 millones de elefantes o 120 portaviones nucleares.
Pero, ¿cómo se distribuyen por todo el planeta? Como era de esperar, los investigadores encontraron que las hormigas se concentran en los trópicos, con bosques y desiertos que albergan cantidades más altas y entornos urbanos que tienen menos. Las regiones polares están esencialmente libres de hormigas.
Este estudio no fue solo para satisfacer al niño curioso que todos llevamos dentro. El equipo dice que dado que las hormigas juegan un papel tan importante en sus ecosistemas, es importante comprender su distribución y cómo podrían verse afectadas por el cambio climático.
Por hectárea, las hormigas mueven hasta 13 toneladas de masa de suelo por año, dice Patrick Schultheiss, coautor principal del estudio. Por lo tanto, tienen una gran influencia en el mantenimiento del ciclo de nutrientes y también juegan un papel decisivo en la distribución de las semillas de las plantas.
El Caso de Chile
En Chile existen 62 especies de hormigas, las que se distribuyen en 22 géneros, los que a su vez están divididos en cinco sub-familias (Ponerinae, Pseudomyrmecinae, Myrmicinae, Dolichoderinae, Formicinae).
Estos números, si bien son altos, resultan bastante pobres si los comparamos con lo que ocurre en el resto de los países de América, lo que se debe a que, en amplios sectores, el clima chileno no permite la proliferación de este insecto.
De las 62 especies mencionadas, 10 se consideran como hormigas introducidas, cuatro tienen una distribución subtropical, 14 una distribución patagónica, mientras que 34 son especies de hormigas que solo están presentes en nuestro país.
Dentro de las hormigas más típicas en Chile y las que se encuentran en mayor población es la Hormiga Argentina.
Características de la hormiga argentina
29 de agosto de 2022
Por Revista Las Raíces
Los perros y los humanos tienen un vínculo especial nacido hace más de veinte mil años. En tanto tiempo, los perros han aprendido a reconocer nuestros gestos, y nosotros los suyos. De alguna forma, es posible decir que, en el transcurso de los milenios, hemos llegado a parecernos. Pero, ¿es posible afirmar que los perros producen más lágrimas cuando están inundados de emociones? Un nuevo estudio publicado en Current Biology, quizás el primero que analiza seriamente esta pregunta, afirma que, de hecho, los ojos de nuestros compañeros caninos tienden a producir más lágrimas bajo ciertas circunstancias.
¿Cuándo ocurre esto? La respuesta es: cuando se reencuentran contigo.
Descubrimos que los perros derraman lágrimas asociadas con emociones positivas, dice Takefumi Kikusui de la Universidad de Azabu en Japón. También hicimos el descubrimiento de la oxitocina como un posible mecanismo subyacente.
Kikusui y sus colegas se interesaron en el tema después de que uno de sus perros tuviera cachorros hace 6 años, notando que, cuando la perra estaba amamantando a los cachorros, algo cambiaba en su rostro; salían lágrimas de sus ojos. Esas lágrimas no caen como suele ocurrir en los humanos, pero sí se produce una notoria película de lágrimas que brilla en sus ojos.
Eso me dio la idea de que la oxitocina podría aumentar la ocurrencia de lágrimas, dice Kikusui.
La oxitocina, explica, se conoce como la "hormona del amor" y suele asociarse a la maternidad. Los investigadores también sabían por observaciones anteriores que, tanto los perros como sus dueños, liberan oxitocina durante sus interacciones. Entonces, decidieron realizar un experimento de reunificación y ver si esto hacía llorar a los perros.
Primero, diseñaron un prueba para medir el volumen de lágrimas de los perros antes y después de reunirse con sus dueños, y descubrieron que el volumen de lágrimas aumentó cuando volvieron a estar con el humano familiar y no con una persona que no conocían.
Cuando agregaron oxitocina a los ojos de los perros, el volumen de sus lágrimas también aumentó. Este hallazgo respalda la idea de que la liberación de oxitocina desempeña un papel en la producción de lágrimas cuando los perros y su gente vuelven a estar juntos.
También pidieron a las personas que calificaran las imágenes de caras de perros con y sin lágrimas y resultó que las personas dieron respuestas más positivas cuando vieron perros con los ojos llorosos. Estos hallazgos sugieren que la producción de lágrimas de los perros ayuda a forjar conexiones más fuertes entre las personas y sus perros.
Kikusui dice que los hallazgos fueron una sorpresa. Nunca habíamos oído hablar de que los animales derraman lágrimas en situaciones alegres, como al reunirse con sus dueños, y todos estábamos emocionados de que esto fuera una primicia mundial.
En este caso, parece que los perros producen lágrimas en situaciones que los humanos considerarían "felices". En cuanto a situaciones negativas o dolorosas, todavía no se ha probado si los perros también producen más lágrimas como respuesta. Tampoco se sabe si los perros lloran cuando se juntan con otros perros, quedando a la espera saber si la presencia de lágrimas también tiene una función social en el mundo canino. Lo que sí está claro, es que efectivamente parecen tener claras implicaciones en relación con el vínculo perro-humano.
Los perros se han convertido en socios de los humanos y podemos formar lazos, dice Kikusui. En este proceso, es posible que los perros que muestren ojos llorosos durante la interacción con el dueño sean más cuidados por él, lo que, quizás, reforzó la presencia de este rasgo conductual en las miles de generaciones que hemos compartidos juntos.
28 de agosto de 2022
Por Revista Las Raíces
Cada vez es menos común encontrar nuevas especies de animales. Es lo que ocurrió en los pastizales azotados por el viento en el extremo de América del Sur, donde un pequeño pájaro ha sido el en el centro de la noticia durante la última semana.
Más precisamente, hablamos de las Islas Diego Ramírez, en el los confines del continente, donde un grupo de científicos identificaron al Rayadito Subantártico, un ave marrón con bandas negras y amarillas que pesa unos 16 gramos y que logró confundir a los biólogos.
Esto porque el rayadito subantártico, que se parece a una especie de rayadito que habita en los bosques del sur de Chile y que anida en las cavidades de los troncos, fue encontrado viviendo en un lugar sin árboles.
Aquí no hay arbustos ni especies boscosas, literalmente en medio del océano un ave forestal ha logrado sobrevivir, dice Ricardo Rozzi, académico de la Universidad de Magallanes y de la Universidad del Norte de Texas y director del Centro de Estudios de Cambio Global y Conservación Biocultural Cabo de Hornos.
El hallazgo, publicado el pasado viernes en la revista científica Nature, se realizó después de una investigación de seis años en la que el pequeño pájaro, según Rozzi, se convirtió en una "obsesión" para los investigadores.
Uno de los investigadores, Rodrigo Vásquez, biólogo de la Universidad de Chile, señaló que los estudios genéticos confirmaron que la especie recién descubierta difiere en una mutación del resto de las especies de la clásica especie rayadito, además de otras diferencias en forma y comportamiento.
En cuanto al rayadito que vive en los bosques, es muy común en nuestra región de la Araucanía, caracterizándose por ser muy movedizo y por lo agudo de su llamado, se alimenta de insectos y semillas y comparte su territorio, no siempre en buenos términos, con el chercán y la golondrinas que llegan en la primavera.
Por Manuel Velásquez
Luego de un 2021 plagado de fenómenos astronómicos, llegamos al 2022 que nos recibió con una joven Luna acompañada de Venus y sus colegas que se mostraban sin tapujos sobre la línea del horizonte; algunas semanas más tarde, le correspondió el turno de brillar a un par de asteroides que pasaron a saludar y así el firmamento siguió deslumbrándonos con una acotada agenda durante todo el año, pasando por un eclipse lunar total en mayo, hasta la reciente lluvia de meteoros.
Si bien parece que el 2023 está desesperado por llegar, el presente año tiene algunas maravillas que mostrarnos antes de despedirse.
Entre los eventos que se expondrán a continuación hay muchos más, pero son estos los que podrán ser vistos desde cielo nacional y sin la necesidad de ningún tipo de implementación adicional.
Empezaremos con una lluvia de estrellas denominadas Oriónidas que, por cierto, no son estrellas, sino meteoros que parecieran venir desde la constelación de Orión. Este fenómeno debe su existencia a rastrojos, no lo decimos despectivamente, sino porque se trata literalmente de los escombros de nuestro viejo amigo que vimos por última vez el 1986 y que volveremos a ver el 2062, el cometa Halley. Esta lluvia de meteoros nos va a maravillar el 21 y 22 de octubre.
En noviembre nuestra luna volverá a ruborizarse en un eclipse que tendrá su clímax el 8 del mencionado mes a las 8:00 de la mañana. El efecto penumbral del eclipse durará hasta las 10:56 y podrá ser visto desde todo Chile. Nuevamente nos interpondremos entre el camino entre el Sol y la Luna en una alineación casi perfecta que bloqueará toda comunicación con el Sol logrando un eclipse total.
A mediados del último mes del año tendremos otra lluvia de estrellas que despedirá al 2022 como el último evento astronómico del año que puede ser visto desde Chile. Esta vez se trata de las Gemínidas que provienen de Faetón, un asteroide que forma parte de los asteroides Apolo y que fue descubierto en 1983. A una velocidad moderada, pareciese que empezaron su viaje desde la constelación de Géminis, de ahí su nombre, para pasar por sobre nosotros ente el 14 y 15 de diciembre.
Desde siempre la humanidad ha demostrado fascinación por la Luna. Sin embargo, no fue hasta la época de Galileo que los científicos realmente comenzaron a estudiarla.
A lo largo de casi cinco siglos, los investigadores propusieron numerosas teorías sobre cómo se formó nuestro satélite. Ahora, geoquímicos, cosmoquímicos y petrólogos del Instituto Federal de Tecnología de Zurich (ETH Zurich ) arrojan nuevas luces sobre la historia del origen de la Luna.
En un estudio recién publicado en la revista Science Advances, el equipo de investigación informa hallazgos que demuestran que gases como el helio y neón existentes en las capas internas de la Luna provienen del manto de la Tierra.
El descubrimiento suma una fuerza, quizás definitiva, a la teoría del "Impacto Gigante" que plantea la hipótesis de que la Luna se formó por una colisión masiva entre la Tierra y otro cuerpo celeste.
Durante su investigación doctoral en el ETH Zurich, Patrizia Will analizó seis muestras de meteoritos lunares de un grupo recolectado en la Antártica por la NASA.
Los meteoritos consistían en roca basáltica formada de magma proveniente de antiguas erupciones volcánicas lunares. Luego de su formación, las rocas fueron cubiertas por capas sucesivas de basalto, las que luego las protegerían de los rayos cósmicos y, en particular, del viento solar. Esto es muy relevante, porque elimina la posibilidad de que lo que se observe al interior del meteorito fuese producto de su interacción con partículas provenientes del espacio exterior.
Del proceso de enfriamiento de estas rocas, resultó la formación de partículas de vidrio lunar. Patrizia Will y el equipo descubrieron que las partículas de vidrio conservan las huellas dactilares químicas (firmas isotópicas) del helio y neón existente al interior de la Luna, pero lo relevante de este hallazgo es que de la observación de la naturaleza de estos gases confirman que provienen originalmente de la Tierra. En otras palabras, se encontró en la Luna algo que solo pudo llegar hasta allí desde la Tierra. "Encontrar estos gases por primera vez en materiales basálticos de la Luna que no están relacionados con ninguna exposición en la superficie lunar fue un resultado muy emocionante", dice Will.
El viaje de ida y vuelta
Las muestras de roca que estaban en la luna provenían de la Tierra, pero, ¿cómo volvieron a la Tierra?
Debido a la ausencia de una atmósfera, los asteroides golpean continuamente la superficie de la Luna. Uno de estos impactos tuvo la fuerza suficiente como para extraer secciones de roca de capas relativamente profundas hasta la superficie. En este proceso, algunos fragmentos más pequeños escaparon del influjo gravitacional de la Luna perdiéndose en el espacio hasta ser atrapados por la Tierra y caer en la forma de meteoritos.
Muchos de ellos se recogen en los desiertos del norte de África o, como en este caso, en el "desierto frío" de la Antártida, donde son más fáciles de detectar gracias al contraste que provee el paisaje blanco.
En el Laboratorio de Gases Nobles de la ETH de Zúrich se encuentra un espectrómetro de masas de gases nobles de última generación llamado "Tom Dooley". El instrumento, que literalmente cuelga del techo del laboratorio con el fin de evitar la interferencia de las vibraciones de la vida cotidiana, permite medir partículas de vidrio submilimétricas en los meteoritos y descartar el viento solar como la fuente de los gases detectados. El helio y el neón que detectaron estaban en una abundancia mucho mayor de lo esperado.
El Tom Dooley es tan sensible que es, de hecho, el único instrumento en el mundo capaz de detectar concentraciones tan mínimas de helio y neón, en este caso, siendo capaz de detectar gases nobles en los granos de miles de millones de años del meteorito Murchison, la materia sólida más antigua conocida hasta la fecha.
Saber dónde mirar dentro de la vasta colección de la NASA de unos 70.000 meteoritos representa un gran paso adelante. "Estoy firmemente convencido de que habrá una carrera para estudiar los gases nobles pesados y los isótopos en los materiales meteoríticos", dice el profesor Henner Busemann de ETH Zurich, uno de los principales científicos del mundo en el campo de la geoquímica de gases nobles extraterrestres.
Busemann comenta: "Si bien estos gases no son necesarios para la vida, sería interesante saber cómo algunos de estos gases nobles sobrevivieron a la brutal y violenta formación de la luna. Tal conocimiento podría ayudar a los científicos en geoquímica y geofísica a crear nuevos modelos que muestren de manera más general, cómo estos elementos más volátiles pueden sobrevivir a la formación de planetas, en nuestro sistema solar y más allá".
Por Revista Las Raíces
La Academia Estadounidense de Medicina del Sueño y otras asociaciones similares han recomendado consistentemente que los niños de 6 a 12 años de edad debiesen dormir entre 9 y 12 horas por noche para así promover una salud óptima.
Sin embargo, hasta ahora, ningún estudio había examinado el impacto duradero de la falta de sueño en el desarrollo neurocognitivo de los preadolescentes.
Es lo que hicieron científicos de la Universidad de Maryland, en Estados Unidos.
Los investigadores examinaron los datos recopilados de más de 8.300 niños de 9 a 10 años de edad que se inscribieron en un estudio llamado Desarrollo Cognitivo del Cerebro Adolescente (ABCD, por sus siglas en inglés), analizándose imágenes de resonancia magnética, registros médicos y encuestas completadas por los participantes y sus padres en el momento de la inscripción y en una visita de seguimiento de dos años; a los 11 o 12 años de edad. Financiado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH), el estudio ABCD es el mayor estudio a largo plazo sobre el desarrollo del cerebro y la salud infantil en los EE. UU.
"Encontramos que los niños que no habían dormido lo suficiente, esto es; menos de nueve horas por noche, al comienzo del estudio tenían menos materia gris o un volumen más pequeño en ciertas áreas del cerebro responsables del control de la atención, la memoria y la inhibición en comparación con aquellos con un sueño saludable hábitos", declaró Ze Wang, PhD, profesor de radiología diagnóstica y uno de los autores del estudio, agregando que "Estas diferencias persistieron después de dos años, un hallazgo preocupante que sugiere un daño a largo plazo para quienes no duermen lo suficiente".
Este es uno de los primeros hallazgos que demuestra de manera empírica el impacto a largo plazo de la falta de sueño en el desarrollo neurocognitivo de los niños, al tiempo que se confirma la pertinencia de las recomendaciones actuales sobre la necesidad de que los niños duerman, en todos los casos, nueve horas o más.
En las evaluaciones de seguimiento, el equipo de investigación también encontró que los participantes que pertenecían al grupo con horas de sueño suficiente, tendían a dormir menos a medida que pasaban los años, lo cual es normal a medida que los niños pasan a la adolescencia, mientras que los patrones de sueño de los participantes en el grupo de sueño insuficiente no cambiaron mucho, en otras palabras, los niños que dormían poco durante su niñez lo siguieron haciendo en la adolescencia.
Para esta investigación, los científicos controlaron el estado socioeconómico, el género, el estado de pubertad y otros factores que podrían afectar la cantidad de sueño de un niño, pero también su desarrollo cognitivo. Este dato es de suma importancia ya que reduce la posibilidad de que las dificultades posteriores mostradas por estos niños se debieran a aspectos distintos a su falta de sueño.
"Tratamos de hacer coincidir los dos grupos lo más cerca posible para ayudarnos a comprender mejor el impacto a largo plazo de la falta de sueño en el cerebro de los preadolescentes", dijo el Dr. Wang. Aunque de igual forma "Se necesitan estudios adicionales para confirmar nuestro hallazgo y ver si alguna intervención puede mejorar los hábitos de sueño y revertir los déficits neurológicos".
Las organizaciones nacionales e internacionales de pediatría alientan a los padres a promover buenos hábitos de sueño en sus hijos. Sus consejos incluyen que los buenos hábitos de sueño de los niños sean una prioridad para las familias, lo que incluye seguir una rutina de sueño regular, alentar la actividad física durante el día, limitar el tiempo de pantalla y eliminar las pantallas por completo una hora antes de acostarse.
"Este es un hallazgo crucial que releva la importancia de realizar estudios a largo plazo sobre el cerebro del niño en desarrollo", dice Albert Reece, vicepresidente ejecutivo de Asuntos Médicos de la Universidad de Maryland, "El sueño a menudo se puede pasar por alto durante los días ocupados de la infancia llenos de tareas y actividades extracurriculares. Ahora vemos lo perjudicial que puede ser para el desarrollo de un niño", finaliza.
Fuente Universidad de Maryland
Por Revista Las Raíces
El mes pasado, en Alemania, un grupo de investigadoras ha demostrado el entrelazamiento cuántico de dos átomos separados por 33 kilómetros de fibra óptica. Esta es una distancia récord para este tipo de comunicación y marca un gran avance hacia una Internet cuántica rápida y segura.
El entrelazamiento cuántico (quantum entanglement en inglés -como se conoce al fenómeno en el mundo científico internacional-) es el curioso, pero “natural” fenómeno en el que dos partículas pueden vincularse entre sí de tal forma que el examen de una puede informarnos sobre el estado de la otra. Incluso más; cambiar algo en una de las partículas alterará instantáneamente a su compañera, esto sin importar cuán separadas estén.
Este hecho lleva a una inquietante conclusión no comprendida con cabalidad: la información se "teletransporta" de manera instantánea a través del espacio, viajando, por lo tanto, más rápido que la velocidad de la luz, algo “prohibido” por la física imperante durante el siglo XX y que para Einstein resultaba “inaceptable”, soliendo referirse al fenómeno como "la espeluznante acción a distancia" una forma de dejar clara sus sospechas, sino sobre su existencia, al menos sí sobre sus implicancias y la validez de los datos que la probaban.
Pero a pesar de su aparente imposibilidad, el entrelazamiento cuántico se ha demostrado consistentemente en experimentos durante décadas y, de hecho, los científicos han sido capaces de aprovechar su extraña naturaleza para transmitir datos rápidamente a través de largas distancias.
En el nuevo estudio, investigadores de la Universidad Ludwig-Maximilians de Munich (LMU) y la Universidad de Saarland han batido un récord de distancia para el entrelazamiento cuántico entre dos átomos.
En sus experimentos, el equipo alemán entrelazó dos átomos de rubidio guardados en trampas ópticas (instrumentos que usan un rayo láser altamente enfocado para sujetar y mover objetos microscópicos como átomos o nanopartículas). Las trampas estaban posicionadas en dos edificios diferentes en el campus de la universidad a 700 metros de distancia y entre los cuales se desenrolló un cable de fibra óptica de 33 kilómetros.
Ambos átomos se excitaron con un pulso láser, lo que hace que emitan un fotón cuántico entrelazado con el átomo.
Luego, estos los fotones se enviaron por los cables de fibra óptica para encontrarse en una estación receptora en el medio. Allí, los fotones se sometieron a una medición conjunta, esta medición los entrelaza y, debido a que cada uno ya estaba entrelazado con su propio átomo, los dos átomos también se entrelazan entre sí.
Si bien ya se habían entrelazado fotones a través de grandes distancias, este estudio marca un nuevo récord al entrelazar dos átomos. Esto es importante porque estos átomos podrían funcionar como nodos de "memoria cuántica", es decir, podrían constituirse en núcleos destinados a transmitir fotones portadores de información de manera instantánea, empleando para ello el mismo tipo de cables utilizados hoy en día por las compañías de internet.
Esto podría ser el complemento perfecto para la computación cuántica.
La computación cuántica es un paradigma en desarrollo (y la tecnología asociada a él) consistente en la posibilidad de utilizar las características cuánticas de las partículas elementales como base de los cálculos ejecutados por un computador, en particular, en lo referente a la posibilidad de que una partícula pueda presentar dos estados al mismo tiempo, lo que permite que lo que puede ser representado como 1 y 0 en un computador clásico, sea representado como 1, 0 y, además, 1 y 0 a la vez, incrementándose con ello la posibilidad de cómputo de manera exponencial.
La computación cuántica derivará en resultados extremadamente complejos y en flujos de información increíblemente voluminosos, lo que se podría transmitir de manera eficiente gracias a la tecnología que se desarrolle gracias a experimentos como el aquí descrito, lo que, a su vez, podría combinarse con tecnologías como los satélites, que ya han demostrado la capacidad de transmitir fotones entrelazados a lo largo de miles de kilómetros.
Por Revista Las Raíces
El 21 de julio de 2022 será un día que no se olvidará en el mundo científico.
Lamentablemente, esta vez no se trata de un nuevo descubrimiento o un impresionante avance, sino de la revelación de uno de los escándalos más importantes de la historia de la investigación científica moderna, específicamente la relacionada con la enfermedad de Alzheimer y sus posibles curas.
Lo revelado es impactante: durante los últimos 16 años, se ha utilizado como base para la investigación y desarrollo de medicamentos para combatir el Alzheimer una investigación adulterada, invirtiéndose miles de millones de dólares en vano y, lo más importante, habiéndose perdido valioso tiempo (y muchas vidas) en el camino.
Las alarmas las encendió la prestigiosa revista Science y, desde entonces, la bola de nieve no ha dejado de crecer.
En el artículo de Science se afirma que las imágenes utilizadas por el paper que dio pie a miles de investigaciones y el desarrollo de estudios para la confección de medicamentos estaban maliciosamente intervenidas. Se trata básicamente de gráficos e imágenes de marcadores moleculares que confirmaban correlaciones que, en realidad, nunca existieron o bien eran de una relevancia mucho menor.
La Historia
Todo comenzó en 2021, cuando un abogado que trabajaba para científicos que, involucrados en el mercado de acciones, se beneficiarían de la caída en el valor de cierta compañía farmacéutica llamada Cassava Sciences se contactó con Matthew Schrag, neurocientífico y médico de la Universidad de Vanderbilt.
El abogado le presentó a Schrag dudas acerca de la real efectividad de un fármaco desarrollado por la compañía. Según la farmaceútica, el fármaco, llamado Simufilam, prometía mejorar la cognición al reparar una proteína capaz de bloquear los depósitos cerebrales formados por otra proteína llamada beta amiloide (Aβ), la que es un sello distintivo del Alzheimer, aseveración que, según el abogado, podía ser fraudulenta.
El contacto a Matthew Schrag no fue casual, pues él mismo ya había presentado estudios donde se ponía en duda la cuantía de la relación entre la existencia de placas proteicas y la pérdida de memoria, por lo que la llamada del abogado lo llevó a investigar detalladamente el paper en cuestión.
La investigación puesta en duda data del año 2006. Se trata de uno de los documentos más citados en toda la investigación sobre el Alzheimer y está firmada, como autor principal, por Sylvain Lesné de la Universidad de Minnesota, quien por ese entonces trabajaba en el laboratorio de Karen Ashe, una de las más prominentes científicas del área y cuyo trabajo hoy también se encuentra bajo la lupa.
La investigación de Lesné aparentemente demuestra, más allá de toda duda razonable, que la intervención de una molécula específica vinculada con las placas proteicas ya mencionadas, es el elemento más relevante a la hora de determinar las causas de la pérdida de memoria de los pacientes de Alzheimer y, por lo tanto, atacar la proliferación de esas moléculas es lo mejor que podemos hacer para prevenir o, eventualmente, curar la enfermedad.
A partir de este artículo, miles de millones de dólares se invirtieron en el desarrollo de medicamentos que dificultaran la formación de placas, y decenas de miles fueron gastados por pacientes y sus familiares esperanzados en una solución. Eso sin contar la enorme cantidad de fondos públicos que se destinaron a estimular investigaciones y financiar laboratorios cuyos esfuerzos se enfocaban en confirmar los postulados de Lesné.
Algunos meses más tarde, la noticia llegó a oídos de Science, cuyo equipo se embarcó en una profunda investigación del caso, la que incluyó la participación de expertos independientes como George Perry de la Universidad de Texas y John Forsayeth de la Universidad de California quienes concluyeron que 70 imágenes utilizadas en el paper de Lesné estaban fraudulentamente manipuladas.
Al momento de publicarse el presente artículo, la investigación sigue su curso. Lesné ha optado por el silencio mientras Ashe ha esbozado una defensa a sus investigaciones, básicamente centrada en afirmar que no todas las imágenes estaban manipuladas. No se han escuchado comentarios de organismos gubernamentales, mientras que las universidades donde se realizaron y reprodujeron los estudios han anunciado severas investigaciones internas.
Probablemente esto no termine aquí, pues la cuantía de los montos involucrados es demasiado grande para guardar silencio, en especial si se tiene en cuenta que muchos de los estos fondos fueron producto de aportes realizados de buena fe por fundaciones o gobiernos que efectivamente creían estar colaborando en la lucha contra el Alzheimer (Imagine ser parte de una fundación que dona cientos de millones de dólares a investigaciones que se basan en un fraude) , fondos recibidos por laboratorios universitarios o empresas farmaceúticas cuyo nivel de conocimiento del caso debe ser probado.
Y hablamos de dinero conscientes de que no es lo más importante, siendo las condiciones de vida de los pacientes que invirtieron tiempo y recursos en una solución destinada al fracaso lo que debería movilizar a las instituciones involucradas, pero sabemos que cuando hay pérdidas económicas involucradas todo tiende a moverse con mayor celeridad.
Es evidente que este caso, por sí solo, no debe usarse para enarbolar banderas en contra de la ciencia, pero no cabe duda de que debe convertirse en un potente llamado de atención. La ciencia la hacen los científicos, y estos son personas susceptibles, ya sea por dinero o simple vanidad, a la corrupción.
El método científico está diseñado para pasar por sobre este tipo de problemas, pues supone la replicación de experimentos para obtener resultados similares y así validarlos. Entonces, ¿por qué no se llevaron a cabo tales experimentos? ¿por qué no se realizaron los esfuerzos necesarios para validar los prometedores datos de Lesné? La respuesta probablemente sea aburrida en su simpleza: porque los humanos involucrados en su puesta en práctica decidieron que era más fácil no hacerlo, porque era más fácil seguir con el paso posterior consistente en llevar a la práctica las conclusiones de Lesné desarrollando lucrativos fármacos que prometían lo que todos querían; terminar con el Alzheimer. Y en esa burbuja vivió gran parte de la comunidad científica (no todos) durante 16 años, recibiendo fondos que costeaban sus experimentos, pero que también mantenían su nivel de vida.
La verdad finalmente sale a la luz gracias a la misma ciencia, pero llega demasiado tarde, y es que una mirada atenta podría haber derribado las conclusiones de Lesné días después de la publicación de su famoso paper.
El fallo en la puesta en práctica del método científico es imperdonable y los representantes de las instituciones bajo cuyo alero se desarrolla la ciencia están obligados a tomar nota de lo sucedido, en especial cuando se juega con tanto dinero y, sobre todo, con tantas esperanzas.
Por Revista Las Raíces
Algunas noches al mes, cuando las nubes lo permiten, muchos chilenos han sido testigos de un particular fenómeno al que incluso se le han dado explicaciones propias de películas de ciencia ficción. Se trata de un tren de puntos luminosos (ver imagen), similares a estrellas de un brillo medio, que surcan el cielo nocturno a una velocidad constante.
No es, sin embargo, ciencia ficción, sino el proyecto Starlink, una de las empresas más ambiciosas del magnate estadounidense de origen sudafricano Elon Musk.
Pero, ¿qué es exactamente lo que vemos en el cielo?
Lo que vemos son satélites de comunicación destinados a formar una red que provea de internet a sectores que actualmente no cuentan con ese servicio debido a encontrarse lejos de centros urbanos.
Al día de hoy, Starlink cuenta con 2.600 satélites que proveen de internet a cerca de 400 mil clientes alrededor del mundo, pero su meta es mucho más ambiciosa; lanzar más de 40 mil satélites para conectar a internet virtualmente a todos los habitantes del planeta, de ellos, actualmente 12,000 están aprobados y en construcción y 30,000 están en proceso de aprobación por las autoridades norteamericanas.
La velocidad de conexión de Starlink se encuentra en torno a los 90 MB de subida y bajada, esperándose mejoras paulatinas gracias al perfeccionamientos de los equipos y softwares asociados.
Starlink en Chile
A pesar de que Starlink aún no comienza un programa oficial de difusión de su producto en Chile, ya es posible inscribirse en su página oficial y, luego de un análisis de disponibilidad, contratar el producto.
Es lo que ha hecho Esteban González, quien vive en un sector rural cerca de Ensenada, en la Región de Los Lagos.
Esteban nos explica que hay que realizar dos pagos para contar con el servicio, el primero es por el equipo. Este pago se realiza una sola vez y actualmente tiene un costo de 576 mil pesos, a lo que se suma el pago mensual, de 92 mil pesos.
Si bien no es un costo menor (el que ha aumentado aun más debido al alza del dólar), Esteban afirma que hay dos razones por la que vale la pena. La primera es que, a diferencia de los servicios de internet satelital actualmente disponibles, Starllink no tiene un límite en cuanto a los datos que se utilicen, es decir, no importa cuántas películas veas o cuántos archivos descargues, la velocidad de navegación se mantendrá. La segunda razón tiene que ver con la estabilidad del servicio, afirmando que hasta la fecha no ha tenido problemas al respecto.
Una amenaza para las compañías tradicionales
A pesar de que, debido a su alto precio, actualmente el servicio no representa una amenaza para las compañías tradicionales, es muy probable que esto cambie en el futuro cercano.
Esto se debe a que se espera que los costos de la compañía decrezcan notoriamente cuando la constelación de satélites esté plenamente operativa y los clientes pasen de cientos de miles a cientos de millones.
A lo anterior se suma que, al menos teóricamente, los satélites de Starlink cuentan con la posibilidad de administrar distintos tipos de telecomunicaciones, no solo internet, por lo que nada impide que amplíen su mercado desde la venta de servicios de internet a la telefonía o mensajería, con lo que podrían ampliar aún más su mercado y, eventualmente, bajar sus precios.
La crítica
Pero el proyecto no ha estado exento de críticas, las que, curiosamente, no vienen de empresas competidoras o de gobiernos preocupados por su capacidad de regular el tráfico de información, sino de astrónomos y astro-fotógrafos.
Lo que ocurre es que se presume, no sin razón, que más de 40 mil satélites orbitando permanentemente la Tierra se traducirá en una contaminación lumínica que inevitablemente “ensuciará” las imágenes que se obtengan del firmamento.
A lo anterior se suman preguntas casi filosóficas, pero igualmente válidas;
¿Tiene una empresa privada el derecho de modificar la visión del cielo nocturno para toda la humanidad y sus descendientes?
¿Qué ocurriría si Elon Musk u otro magnate decidiera algún día desarrollar una tecnología aún más invasiva que Starlink?
¿Es éticamente válido que un gobierno controle esta clase de emprendimientos por externalidades negativas de este tipo, a pesar de sus innegables beneficios?
Cualquiera sea la respuesta a estas y otras preguntas similares, no cabe duda de que ha llegado el momento de intentar responderlas.
Edición del 26/08/22
Como resultado de una nueva política de la compañía relacionada con la aplicación de precios diferenciados a zonas del mundo con distintos niveles de desarrollo, Starlink ha anunciado una rebaja en el costo de sus servicios en Chile. Así, diversos clientes han informado que el kit de instalación ahora tiene un precio de $ 430.000, mientras que la cuota mensual bajó considerablemente para quedar en $47.000.
Por Revista Las Raíces
Al realizar observaciones comparativas entre nuestra especie y el resto de los animales, suele relevarse el hecho de que la humanidad se distingue por contar con un gran número de miembros que sobrepasan ampliamente la edad reproductiva.
Este hecho se ve como una “anomalía evolutiva”, pues lo que hemos aprendido durante más de un siglo de desarrollo de los estudios al respecto, es que nuestros cuerpos y los de especies equivalentes han evolucionado para maximizar la posibilidad de transmitir nuestros genes y, luego de conseguirlo, no hay una razón evolutiva para que sigamos con vida.
De esta forma, el hecho de que los humanos -específicamente las mujeres- puedan vivir treinta o cuarenta años después de perder la capacidad de tener hijos, se tiende a explicar simplemente como resultado de una sociedad lo suficientemente avanzada como para tratar los problemas propios del envejecimiento.
Sin embargo, dos científicos han publicado recientemente un estudio que desafía esta mirada.
Se trata de Michael Gurven y Raziel Davison, quienes postulan que la existencia de adultos mayores en una sociedad no es mero producto de los avances de nuestra civilización, sino que es -en parte- la razón de que dichos avances hayan sido posibles en primer lugar.
Para probarlo, Gurven y Davison analizaron la cantidad de alimentos que la población sobre la edad reproductiva habría aportado en las antiguas sociedades de cazadores-recolectores (tomando como parámetro lo observado en grupos indígenas de la actualidad).
Sus resultados demostrarían que la cantidad de alimentos que esta porción de la población aportaba a las comunidades en las que vivían excedía por amplio margen los consumidos por ellos mismos. Es más, ese aporte habría sido tan significativo para la sobrevivencia de sus comunidades que equivaldría a que las mujeres en cuestión hayan tenido varios hijos adicionales luego de cumplir los 50 años.
Pero eso no es todo, Gurven y Davison también apuntan al rol de la población envejecida en asegurar la subsistencia de los más jóvenes al interior de una comunidad, resultando evidente que los hijos de una madre joven tenían más probabilidades de sobrevivir si esta madre contaba, a su vez, con su madre para asegurar el cuidado de los bebés. Se observa así una suerte de transmisión indirecta de los genes de la abuela, quien, incapaz de tener hijos, logra esta meta evolutiva al contribuir a la supervivencia de sus nietos.
Y si a esto sumamos el rol social de la población con mayor experiencia, su capacidad para transmitir conocimientos inter-generacionalmente, para mantener y cimentar la cultura y para evitar la toma de decisiones autodestructivas, entonces la visión tradicional de su rol en la sociedad termina por sepultarse.
Es cierto que los humanos pueden alcanzar los noventa o cien años gracias a nuestra tecnología y avances en medicina, pero probablemente esa tecnología no se hubiese desarrollado sin su presencia en nuestra historia evolutiva o, en palabras de Davison “la longevidad humana es, en realidad, una historia sobre cooperación”.
Verlos simplemente como el resultado de la degeneración de un cuerpo joven es un error que no nos podemos permitir. Actitudes tan cotidianas como la de asociar su apariencia a lo estéticamente desagradable o a lo indeseable, demuestra una ceguera tan profunda que es difícil de clasificar.
A la luz de estas reflexiones, la lucha por no envejecer revela su carácter absurdo y patético, similar a luchar por no ser lo que somos; seres en los que se manifiesta un proceso evolutivo que dio origen a todo lo que nos rodea.
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Artículo original (en inglés): The Importance of Elders: Extending Hamilton's force of selection to include intergenerational transfers.
Recogido y divulgado por: University of California - Santa Barbara
"La longevidad humana es, en realidad, una historia sobre cooperación”.
Tome un grano de arena y extienda su brazo a la altura de sus ojos. De ese tamaño es la porción del cielo capturada en la -ahora famosa- primera imagen calibrada del telescopio espacial James Webb, revelada por la NASA el 11 de julio recién pasado y que nos muestra la imagen más clara del universo profundo que la humanidad ha visto hasta la fecha.
El James Webb fue lanzado en diciembre de 2021 hasta su posición orbital en un punto entre la Tierra y el Sol, a 1.500.000 kilómetros de distancia. Consistente en 18 segmentos de espejos hexagonales, el James Webb cuenta con un sistema de observación infrarrojo, es decir, sus sensores se especializan en interpretar la luz en este espectro, invisible al ojo humano. Esto se hace porque este tipo de luz tiene la capacidad de atravesar, de mejor forma que la luz visible, las grandes distancias que nos separan del espacio profundo.
Gracias a ello y a la tecnología de punta involucrada en sus instrumentos de captura e interpretación de imágenes que elevaron el costo del proyecto a unos 10 mil millones de dólares, el telescopio James Webb es capaz de observar objetos estelares a una distancia que no había sido posible hasta ahora, superando incluso al famoso telescopio espacial Hubble, o a los inmensos telescopios terrestres de última generación.
Fue el mismo presidente estadounidense, Joe Biden, quien reveló la imagen, en la que pueden verse decenas de galaxias ubicadas, algunas de ellas, en la frontera de lo visible, en un punto del tiempo y del espacio cercano al Big-Bang.
Lo que se espera pueda mostrarnos el telescopio James Webb en el futuro tiene que ver con detalles de elementos de los que ahora solo veíamos difusas figuras, pero sobre todo con la posibilidad de descubrimientos tales como nuevas galaxias, supernovas, nebulosas, agujeros negros y, por supuesto, planetas. Estas observaciones planetarias son de especial importancia debido a que los instrumentos del James Webb permitirán determinar si las atmósferas de estos nuevos mundos cumplen o no las condiciones para albergar vida.
No queda, entonces, más que esperar que este lejano heredero de telescopios de Copérnico comience a sorprendernos, proveyéndonos de imágenes que ilustren nuestras ideas del futuro y nuestros sueños.
Fuente: Nasa.
Fuente de imágenes: Nasa Latest News
En la imagen, el borde de una región relativamente cercana de jóvenes estrellas en formación llamada NGC 3324 en la nebuloso de Carina.
Todos quienes nos sentimos fascinados por los árboles y su capacidad de vivir cientos de años, siempre supimos que el ejemplar más viejo del mundo era un pino que crecía en las escarpadas laderas rocosas del estado de California, en Estados Unidos. El árbol en cuestión es conocido como Matusalén, y tiene una edad certificada de 4.853 años.
También conocíamos la triste historia de Prometeo, un pino de más de 4,900 años que podría haber ostentado el título del más antiguo si no fuera porque un profesor de geografía lo cortó como parte de una controvertida investigación en 1964.
El tercer ejemplar de la lista era un chileno. Un alerce conocido como El Gran Abuelo que crece en el Parque Nacional Alerce Costero. El árbol chileno, según los listados reconocidos internacionalmente, tendría increíbles 3.651 años, y para nosotros era más que suficiente para sentir una enorme admiración por nuestro milenario compatriota.
Una nueva investigación, sin embargo, plantea que El Gran Abuelo tendría, en realidad, 5.484 años, saltando del tercer al primer lugar en este espectacular podio.
Pero ¿podemos estar seguro de esto?
En primer lugar, podemos confirmar que las investigaciones en torno a su nueva cifra son totalmente serias. Avaladas por las instituciones más respetadas del rubro y encabezada por un gran científico nacional; Jonathan Barichivich, quien se desempeña en el Laboratorio de Ciencias Climáticas y Ambientales de Paris.
El método tradicional para saber la edad de un árbol es conocido por todos: simplemente se cuentan sus anillos. Pero eso es algo que no puede hacerse con tanta facilidad en árboles como este. En primer lugar, porque (afortunadamente) no se puede simplemente cortar el árbol en dos y contar los anillos, pero, aunque se hiciera una barbaridad semejante, los resultados no serían del todo claros, pues el centro de estos árboles suele estar muerto o podrido, o simplemente puede no existir.
Entonces lo que se hace es utilizar una especie de tubo muy delgado que atraviesa el tronco hasta donde sea posible. De allí se sacan algunos datos, los que se complementan con análisis comparativos con otros árboles de la zona, se incluyen datos del clima, se calcula la velocidad probable de crecimiento y se llega a una cifra con un grado certeza de más del 80%.
Es el hecho de que la estimación no derive de un claro conteo de anillos lo que hace que algunos científicos estén escépticos ante la increíble cifra, pero todo parece indicar que todo será confirmado, para lo que debemos esperar la publicación del estudio completo y la respectiva validación que de él hagan otros científicos del área.
Una nueva investigación plantea que El Gran Abuelo tendría, en realidad, 5.484 años, saltando del tercer al primer lugar en este espectacular podio.
Cuando buscamos listados de los árboles más antiguos del mundo, solemos encontrarnos con la especificación que aclara que estamos hablando de “árboles no clonales”.
¿Qué quiere decir esto?
Quiere decir que estamos hablando de árboles individuales, con una raíz aislada de otros árboles. Es en este listado de árboles no clonales en los que el alerce chileno es un candidato firme al primer lugar.
Pero también está el otro grupo: Los árboles clonales.
Los árboles clonales son árboles con una raíz común. Hablamos aquí de inmensas redes subterráneas de las que emergen individuos que externamente se ven como árboles individuales, pero que están unidos por debajo de la tierra.
Los árboles que emergen nacen y mueren en periodos normales de decenas o pocos cientos de años, pero las raíces -o parte de ellas- se mantienen vivas por miles de años, incluso decenas de miles.
El sistema de árboles clonales más conocido y estudiado lleva por nombre Pando (en la foto) y da forma a un bosque de poco más de 40 hectáreas en Utah, Estados Unidos. Las estimaciones más conservadoras dicen que Pando tendría unos 80.000 años, sobrepasando por mucho a los árboles individuales más antiguos.
Pero eso no es todo, debido a la dificultad de reconocer externamente a los bosques clonales, es muy probable que existan otras colonias similares, o incluso más antiguas, en algún rincón del planeta, siendo incluso posible que algunas de estas colonias puedan superar el millón de años de vida.
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